Culebra viperina, víbora inofensiva

Cuando llega la primavera, las charcas y los cursos de agua dulce de la marisma que circunda Petronor, registran un silencioso y escurridizo visitante, la culebra viperina (Natrix maura), una de las más abundantes de las zonas húmedas de Bizkaia.




Posee una gran habilidad para trepar, llegando, en ocasiones, a ascender a las ramas de los árboles. Cuando tiene que atravesar grandes distancias nadando superficialmente, llena de aire sus pulmones y aligera peso, mientras que si lo hace buceando los vacía.

Esta culebra es capaz de permanecer bajo el agua durante 15 o incluso 20 minutos. Allí atrapa gran parte de su alimento, constituido principalmente por renacuajos, tritones, pequeños peces, ranas y sapos, dieta que es completada con lombrices de tierra.

Cuando se alimenta traga a sus presas enteras, tanto si está en tierra firme como bajo el agua. En tierra caza guiada por su vista, mientras que bajo el agua se sirve también de los estímulos químicos. Entonces saca también su lengua a modo de cebo para atraer a sus presas.

Es un ofidio muy voraz, ya que un ejemplar adulto puede comer hasta cien renacuajos pequeños de sapo partero al día. No obstante también es capaz de resistir prolongados períodos de ayuno, que oscilan entre doce y dieciséis meses.

En verano se la suele sorprender en el agua durante el crepúsculo e incluso en las primeras horas de la noche.

COMIENZO DE SU ACTIVIDAD

La vida activa de esta culebra comienza en nuestros campos hacia finales de marzo, dependiendo de las condiciones meteorológicas, cuando la temperatura diurna máxima de sus refugios invernales supera los diez grados y la temperatura del aire oscila entre los 11 y los 18 grados.

Su máximo grado de actividad lo alcanza cuando su temperatura corporal oscila entre los 19 y los 35 ºC y la temperatura mínima que soporta voluntariamente para estar activa es de 11 ó 12 grados. Los días cuya temperatura es inferior no abandona su refugio.

Culebra viperinaPara calentarse -o termorregularse- durante las primeras horas de la mañana acostumbra, como otras culebras, a aplastar su cuerpo contra el suelo para aumentar la superficie expuesta al sol, para seguidamente acudir en busca de alimento.

Después de aproximadamente un mes de salir de su letargo, a finales de abril o principios de mayo, una que se han alimentado, las culebras viperinas se activan sexualmente. Al igual que su hermana la culebra de collar, los machos no establecen combates ritualizados.

El apareamiento suele acontecer hacia el final de la mañana, o a primeras horas de la tarde, en lugares soleados en los que abunda la vegetación y se prolonga durante una hora, o incluso más, tiempo en el que la pareja permanece firme más o menos enroscada entre sí.

La ovulación suele producirse durante la primera quincena de junio y la hembra pone, a principios de julio, entre 7 y 9 huevos por término medio, aunque su número puede oscilar entre 5 y 23. Son de color blanco ligeramente amarillento, miden entre 1,5 cm de anchura por 3 cm de largo y están unidos por una sustancia gelatinosa que forma una especie de collar.

Los lugares de puesta predilectos son las raíces superficiales de los árboles cubiertas de musgo y vegetación baja, así como las madrigueras de roedores y topillos.

Después de 40 a 60 días, -entre finales de agosto y la segunda mitad de septiembre-, nacen las crías, con un tamaño que oscila entre los 13 y los 19 centímetros de longitud.

Durante el otoño, algunas culebras de agua inician otro ciclo sexual, pero mucho menos intenso que el primaveral. Los acoplamientos son más bien raros y escasos -salvo en los años muy benignos climatológicamente hablando-, y éstos se producen entre finales de septiembre y la primera semana de octubre.

Culebra viperinaLas crías se desarrollan rápidamente. Al año de vida su longitud oscila entre los 22 y los 26 centímetros, alcanzando los 27 a 37 en el segundo y los 33 a 41 cm en su tercer año. Las hembras crecen más rápidamente que los machos, -tanto en peso como en longitud-, aunque éstos maduran antes sexualmente, pues en el otoño del tercer año de vida ya están en condiciones de aparearse. En cambio las hembras han de esperar hasta la primavera de su cuarto o quinto año de vida, -de los doce o catorce que llegan a vivir-.

Las culebras viperinas acostumbran a mudar su piel dos veces al año, una hacia el mes de mayo, y otra en agosto, si bien en algunos casos excepcionales se han comprobado hasta tres y cuatro mudas anuales.

 

CURIOSIDADES

Culebra visperina

De actividad diurna y completamente inofensiva a pesar de su aspecto, similar al de una víbora, esta especie norteafricana y circunmediterránea, cuyas hembras pueden llegar a medir hasta un metro, mientras que los machos no suelen superar los 85 centímetros, es menos ágil y veloz en tierra, que su hermana la culebra de collar (Natrix natrix), sin embargo en el agua se desplaza con más rapidez y seguridad que ésta, dado su marcado carácter acuático.

No suele alejarse mucho de las zonas húmedas en las que habita, salvo en días lluviosos que encharcan y humedecen los campos y prados colindantes.