El muskiztarra Txus Romón en la élite de la carrera de montaña

Correr sin paradas durante 24 horas y 166 kilómetros alrededor del pico más alto de Europa y llegar en quinta posición en una de las carreras de montaña más duras del mundo. Éste el último logro del atleta muskiztarra Txus Romón.

Txus ¿siempres has sido deportista?
Sí, siempre he practicado algún deporte. De pequeño fui karateka y luego me pasé a la mountain bike. Por cultura familiar he realizado actividades al aire libre. Un buen día probé a correr y como no lo hacía mal, en ello sigo.

¿Desde cuándo practicas este deporte?
Corro por el monte desde 1999, cuando competí en mi primera maratón alpina Galarleiz. Luego vinieron Gorbea, Madrid, Granada, la selección vasca…

¿Qué es exactamente la carrera de montaña?
Nació como especialidad de montaña pero con los años se ha ido modificando y se ha convertido en algo mas atlético. Me explico: originalmente los recorridos eran 100% de montaña, rutas típicas o míticas que se disputaban a toda velocidad.
Todavía quedan pruebas de ese estilo como Galarleiz o Zegama, pero la tendencia es a buscar circuitos más controlables, más rápidos y seguros con lo que, digamos, se está aproximando al atletismo. Para mi, pierde encanto.

¿Cómo y dónde entrenas?
Normalmente por Muskiz que tiene monte de sobra y si no, me gusta la zona de Urkiola o la de Gorbea. Si hay tiempo,
como montañero me gusta ir a los Picos de Europa a corretear.

¿Se puede decir que eres un profesional?
En absoluto. Trabajo como fisioterapeuta para vivir y correr es una afición. Hay épocas del año en las que llego a entrenar
como un profesional (por tiempo invertido e intensidad) pero a cambio no tengo remuneración económica. Sin embargo, me compensa a nivel personal y eso no tiene precio. El día que pierda la motivación, a otra cosa mariposa.

De la carrera del Mont Blanc, ¿qué fue lo mejor y lo peor?
Lo mejor el resultado, porque era la consecución del objetivo. Además, la admiración que todo ello despierta en la
gente es una sensación muy bonita. Lo peor, el trato un pelín deshumanizado por parte de los jueces hacia los corredores
que somos “deportistas aficionados” con un alto nivel de sacrificio. Por lo demás, sólo tengo buenos recuerdos de los competidores juntos, del paisaje inmenso, del ánimo de Argiñe y Mikel, mis escuderos en mi peor momento… Y la llegada a Chamonix.

¿Fue más dura esta carrera que otras que has realizado?
La experiencia ha sido brutal. He rondado mis límites físicos y he aprendido a manejarlos y, sobre todo, mentalmente me he sentido fuerte y he aprendido a aceptar que en un momento dado puedes estar desesperado, pero con perseverancia todo puede dar la vuelta. Hay que ponerle ganas. Eso sí, creo que he recibido un curso intensivo de supervivencia y no me gusta repetir materia, así que me quedo con la vivencia de este año. Ha sido la carrera más dura que he corrido, sin lugar a dudas.

Además de la carrera del Mont Blanc,¿qué otras carreras en las que hasparticipado destacarías?
La primera, la amatxu de todas, la Galarleiz por ser la primera y la de casa. Carros de Foc por ser la más salvaje, la que mejor se ha adaptado a mis características. Tengo una espina clavada que es Zegama porque, aunque la he hecho bien
varias veces, nunca lo he podido dar todo.

¿En qué consiste el patrocinio de Petronor?
El patrocinio es económico, me ha financiado al 100% la experiencia del Mont Blanc y todo el esfuerzo que requiere.
Quiero apuntar que el apoyo también ha sido anímico porque, desde el momento en el que se aceptó mi proyecto, las personas involucradas insistieron en su confianza hacia mis posibilidades y eso te sienta muy bien. Estaban mas convencidos que yo.

Tu padre es muy recordado en Petronor…
Trabajó en la refinería 30 años. Me hago una ligera idea de lo que dejó allí, unos cuantos amigos, sobre todo los del frontón.
A mi me ha dejado la afición por la naturaleza y, sobre todo, la perseverancia, que era una cualidad suya.

Eskerrik asko, Txus.
A vosotros, por el apoyo y los ánimos y por dejármelo contar.