Buenas tardes. Quería agradecer a la FIIAPP (Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas), y especialmente a su director, Antonio Fernández Poyato, la oportunidad que me da de estar presente en esta jornada.
Me planteo tres reflexiones, cada una de ellas desde una vivencia personal y profesional diferente. La primera vivencia, desde mi posición al frente de una empresa que tuvo a PEMEX como socio mayoritario desde el año 1981 acompañando a Campsa y a entidades financieras vascas en su capital, aunque posteriormente, ya en los 90, la participación de PEMEX se convirtió en indirecta a través de Repsol.
Hablar hoy de estabilidad institucional, es también desde mi punto de vista pensar en el desarrollo de una economía productiva altamente competitiva, con desarrollo tecnológico, con capacidad de creación de clases medias y con vocación de consolidar una cohesión social. Los últimos años de fuerte crecimiento mundial ha coincidido con un periodo de dinamismo y estabilidad macroeconómica en América Latina. Las economías latinoamericanas, en general, han ganado estos años una credibilidad fiscal con la buena gestión de las cuentas públicas y con el competente manejo de la política monetaria. Todo ello ha ayudado a fortalecer la propia estabilidad democrática y política.
Para proseguir en el fomento de la gobernabilidad democrática y la cooperación entre España y América Latina, puede ser interesante la potenciación de una red de colaboración entre las dos regiones, enfocada a la competitividad, la innovación y a la consolidación de un entorno regulatorio e institucional moderno y estable. En definitiva, una cooperación entre empresas, centros tecnológicos, universidades e instituciones. Además, cooperación bilateral en el mejor sentido del término, aprendiendo y aportando mutuamente, fomentando incluso la creación y consolidación de empresas multinacionales hispano-latinoamericanas. Y lo digo desde la posición de una empresa que se ha enriquecido fuertemente en su historia de la experiencia y el conocimiento industrial de una empresa mejicana.
Mi segunda experiencia vital a la que me quiero referir es la siguiente. Durante cinco años tuve la responsabilidad institucional de la industria vasca, desde mi posición en el Gobierno Vasco. En aquello años fomentamos las implantaciones industriales de empresas en América Latina, pero especialmente en Méjico. Las empresas iban buscando acceso a mercados más amplios, en algunos casos por la pura necesidad de seguir geográficamente a sus clientes industriales, como por ejemplo en el sector de autopartes. La posición de acuerdos comerciales de países como México con los Estados Unidos ha sido clave en esas implantaciones industriales que han ayudado a tejer una colaboración económica entre España y América Latina.
Por eso quiero subrayar la oportunidad que se abre con la nueva administración norteamericana para abordar desde la cooperación hispano-latinoamericana el acceso al mercado estadounidense. Me estoy refiriendo a sectores concretos que van a ser la gran apuesta del nuevo gobierno Obama, como es el campo de las energías, o el de las infraestructuras. Hablamos de sectores con capacidad para generar alto valor añadido, con potencial para desarrollar apuestas tecnológicas, y que por tanto pueden también contribuir a la generación de clases medias y profesionales que ayuden a la cohesión social y a la estabilidad democrática en nuestros países. Y no podemos olvidar que gran parte del desarrollo en el campo de las energías o las infraestructuras en la era Obama se va a llevar a cabo en estados con una significativa presencia hispana. Y juntos, vamos a poder hacerlo con mayor facilidad, por lo que tenemos que tratar de potenciar nuestras redes comunes de colaboración.
La tercera experiencia vital a la que me quiero referir es mi período como investigador visitante en la Kennedy School of Government. La Kennedy me parece un buen modelo de estudio, formación, investigación y creación de redes en el campo de la gobernabilidad democrática. Creo que puede ser un ejemplo para un proyecto de formación e investigación en políticas publicas y gobernanza orientado a Iberoamérica, y que deberíamos hacerlo juntos. Y creo también que este proyecto debería tener un área enfocada a la colaboración en políticas económicas, para poder crear juntos una solida red de cooperación entre las principales instituciones para la innovación y competitividad de Europa y América latina. Una entidad en definitiva, que tenga por misión evaluar y proponer políticas orientadas a dotar del clima adecuado para desarrollar una economía competitiva y socialmente sostenible. Esta red contribuiría también desde mi punto de vista, a la cooperación política y a la gobernabilidad democrática, tanto en España como en América Latina.
Gracias por tanto a la FIIAPP y a todos los ponentes, por este coloquio que contribuye a esa cooperación.
Madrid, 14 de abril de 2009