El erizo, una reliquia viviente
Las campas y montes colindantes a la refinería de Petronor, son el hogar de un primitivo mamífero que si no fuera por su abundancia, parecería un ser antediluviano. Nos estamos refiriendo al erizo. Su categoría de reliquia viviente le viene dada por pertenecer al primitivo orden de los insectívoros.Pero a pesar de su impresionante aspecto armado de afiladas espinas, este mamífero no es un animal agresivo, ni usa sus mandíbulas para atacar a sus enemigos. Su coraza de 5.000 púas, es suficiente para disuadirles. Esta invulnerabilidad le ha permitido adquirir una talla gigantesca si se la compara con la de otros mamíferos insectívoros, como las musarañas, así como extenderse por diferentes hábitats, lo que le ha asegurado una considerable población en un mundo cada día más hostil donde hasta las especies mejor dotadas están retrocediendo notablemente.
Aunque es un insectívoro, su dieta no está basada sólo en insectos, sino en una gran variedad de invertebrados. Es un animal fundamentalmente carnívoro, pero no desdeña los vegetales.
Para comer busca entre la hojarasca y mueve con su hocico los troncos y las pequeñas piedras que cobijan insectos y moluscos. Generalmente consume caracoles, limacos, lombrices, ranas y lagartijas, así como bayas y frutos.
Dada su resistencia a algunas sustancias tóxicas, es capaz de alimentarse también de presas vedadas para otros mamíferos, como víboras, especialmente jóvenes.
SERES NOCTURNOS Y SOLITARIOS
Los erizos son animales fundamentalmente nocturnos y solitairos. Durante el día se mantienen ocultos bajo matorrales, montones de piedras o incluso en el interior de las grietas de las rocas. Al anochecer salen de sus refugios y frecuentan tanto los setos como las landas de los bosques húmedos. Lo importante es que el terreno les ofrezca alimento y posibilidades de ocultarse durante el día.
Habitualmente se puede observar a los erizos después de los aguaceros. Suelen estar en prados, deambulando en busca de lombrices de tierra que salen a la superficie al habérseles inundado sus galerías subterráneas.
A menudo mastican cuidadosamente todo lo que desprende un fuerte olor, desde hojas de jacinto hasta carne en descomposición, para escupirse seguidamente la espumosa saliva que va formando. Otras veces súbitamente empiezan a producir gran cantidad de saliva, muy espumosa, y se la esparcen por las espinas de su lomo y flancos.
CURIOSIDADES
Un comportamiento insólito de los erizos es que se untan con su propia saliva.
La función de untarse es desconocida, pero los etólogos barajan diversas hipótesis para explicarlo. Una de ellas es que esta ensalivación puede producir olores fuertes que actúen como atrayente sexual; o bien puede reducir parásitos en la piel, o tal vez sea un intento de limpiar las espinas o de hacer que éstas sean más desagradables y, con ello, disuadir a los predadores. Otra costumbre que tiene el erizo es lamerse el cuerpo para eliminar parásitos.