Compañeros, amigos y colaboradores de Manu de la Sen rindieron ayer viernes un pequeño acto de homenaje y reconocimiento a quien, durante casi cuatro décadas, se esforzó en compartir con gran sensatez y mayor humanidad toda una vida laboral y profesional. Zorionak, Manu.
Como no podía ser de otra forma, no faltó la presencia de los veteranos de Huelva, ni las merecidas palabras de aprecio personal y agradecimiento corporativo. Manu se nos va dejando un proyecto sólido, encauzado y con gran futuro. Eskerrik asko Manu.
Poco faltó para que el bueno de Manu se nos echara a llorar de emoción pero aguantó el tipo hasta el último momento. Y es que Manu siempre fue de la vieja escuela, de la generación creada y criada en la necesidad, como se dice en euskera: larre motzekoa (de pasto corto).
¿Quién dijo adiós?