El descenso del consumo de fuel y la volatilidad del mercado han hecho que aquellas refinerías que no hicieron a tiempo las inversiones necesarias para mantener su nivel competitivo se hayan visto obligadas a cerrar o a convertirse en meros almacenes de distribución. En total son ya 26 las que han desaparecido en 12 países europeos desde 2009, y otras seis llevan camino de cerrarse en Francia, Holanda, Irlanda, Reino Unido, Dinamarca y Alemania, si no se adecúan a las exigencias competitivas y medioambientales de la Unión Europea.
Petronor, que se creó inicialmente para fabricar fueloil dirigido a las centrales térmicas de Santurtzi, decidió ya en 2005 realizar una inversión de 850 millones para poder reducir la producción de fuel y aumentar la de gasolina y gasoil. La URF (Unidad de Reducción de Fueloil), popularmente conocida como planta de coque, se inauguró en 2011, y es la inversión que garantiza actualmente la única refinería de Euskadi.