En ese contexto, los precios padecieron movimientos inéditos, como los valores negativos de los futuros de los crudos en el mes de mayo del año pasado. La volatilidad fue altísima, empezando el año el precio del barril de Brent en el entorno de 70 dólares, para bajar a menos de 20 dólares en abril e ir recuperándose durante el resto del año hasta cerrar cerca de los 50 dólares. El precio medio del barril fue 22 dólares menor que el de 2019, con el consiguiente efecto patrimonial negativo para Petronor.
La demanda de productos petrolíferos también estuvo muy deprimida durante todo el año debido a las restricciones de movilidad: por ejemplo, el descenso del consumo en estaciones de servicio en España fue del 23% con respecto al año anterior. A ello hay que sumar que los almacenamientos de productos en los mercados exteriores reflejaron niveles máximos históricos, por lo que tanto la demanda nacional como la de exportación estuvieron muy por debajo de los niveles habituales. La baja demanda y los altos niveles de almacenamiento provocaron unos márgenes muy bajos de refino: el margen de Petronor en 2020 fue de 3,24 dólares por barril, frente a los 5,50 del año 2019.
Ante estos niveles de demanda y de márgenes, una de las dos unidades de crudo estuvo parada prácticamente los últimos 8 meses del año 2020, procesando al final del año 9,5 millones de barriles menos que el año anterior y 16,6 millones menos que los previstos inicialmente. Finalmente, el resultado operativo corriente en el año fue de -309,3 millones de euros. El resultado total del ejercicio después de impuestos se situó en -140,1 millones de euros, 283 millones menos que el año anterior.
La destilación de Petronor descendió hasta 58,3 millones de barriles, el 74,5% de su capacidad de destilación. Las ventas fueron de 9 millones de toneladas, un 13% menos que el año anterior. La caída de las ventas en el mercado nacional fue de más de un millón de toneladas.
En cualquier caso, a pesar de las dificultades, Petronor ha seguido apostando por el futuro, por la transición energética y por la descarbonización, con inversiones que alcanzaron los 50 millones de euros: el compromiso de las cero emisiones netas en el año 2050 se mantiene por encima de cualquier circunstancia coyuntural, y en un año de malos resultados se han aprobado inversiones de futuro.
En esa dirección, en junio arrancó el Hub de Descarbonización, que se desarrollará en años venideros en el Puerto de Bilbao. También ha dado sus primeros pasos el Corredor Vasco del Hidrógeno, que tiene como objetivo la creación de un ecosistema del hidrógeno, el combustible verde del futuro. Además, en marzo de 2020 nació Energía Distribuida del Norte SA, Edinor, que tiene como objeto social el desarrollo y promoción de instalaciones de generación y recursos distribuidos, la comercialización de energía sostenible y la prestación de servicios relacionados.
Entre los hitos positivos se encuentra también el excelente desempeño en seguridad a pesar de la pandemia, consiguiendo en 2020 batir las marcas de más días sin accidentes tanto en personal propio como contratista.