Quien fuera responsable de la delegación española en Marruecos y embajador en la Santa Sede, en Malta y en Estados Unidos, remarcó la acumulación de cuatro grandes revoluciones: la revolución de la robotización, la revolución digital, la genética y la demográfica. Hasta el punto que “las personas que tienen ahora 45 años han visto cómo se duplica la población mundial y los mayores de 75 años han conocido en vida cómo se triplica. En los próximos años la población mundial va a seguir creciendo, sobre todo en África. La época de las grandes migraciones está llegando y aquí, en Europa, estamos en primera fila”.
A su juicio, los valores occidentales hasta ahora dominantes o, cuando menos, de referencia están cambiando, y lo más remarcable no es que los cambios sean cuantitativos, sino que son cualitativos: “todo cambio a nuestro alrededor nos produce ansiedad, inquietud e incertidumbre”.
Dezcallar quiso terminar su exposición con un mensaje optimista, convencido de que “por primera vez en la historia el mundo cuenta con los instrumentos necesarios para una estrategia global, siempre que muestre vocación política para conseguirla”.