Desde esta madrugada hemos vivido un episodio de polvo en suspensión (calima) procedente del desierto del Sáhara que ha teñido de naranja aceras y coches y se prolongará durante los próximos días, previsiblemente hasta mañana a la tarde cuando cambie la dirección del viento.
La calima es la suspensión en la atmósfera de partículas sólidas no acuosas extremadamente pequeñas, invisibles al ojo humano, pero lo suficientemente numerosas como para darle al cielo una apariencia opalescente, según explica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).