La higuera

Uno de los árboles más conocidos y comunes del entorno de la refinería de Petronor y los montes circundantes es la higuera, presente tanto en estado salvaje, como cultivada en numerosas huertas. La higuera es un pequeño árbol caducifolio caracterizado por tener una copa amplia e irregular, en ocasiones redondeada, que está generalmente muy ramificada. Existe la forma silvestre, la cual tiene forma de arbusto, y la forma hortícola, o cultivada, que tiene forma de árbol.




La forma silvestre se caracteriza por tener unas hojas pubescentes por el envés y ásperas por el haz, con tres, cuatro, o cinco lóbulos dentados. Además sus flores, encerradas en un receptáculo carnoso, son pequeñas y de dos clases: las masculinas, que están cerca de la abertura y tienen tres sépalos y tres estambres, y las femeninas que se hallan en su interior y tienen tres o cuatro sépalos y un solo ovario y un óvulo.

La polinización se realiza por medio de un insecto himenóptero llamado "Blastophaga grossorum", que completa su metamorfosis dentro de la inforescencia. Cuando el insecto sale tiene el dorso salpicado de polen, circunstancia por la cual, al penetrar en otro sicono para depositar sus huevos, hace que se produzca la polinización.

 

OLYMPUS DIGITAL CAMERADespués de la fecundación el receptáculo madura y encierra en su interior los frutos, pequeños aquenios, con forma de pepitas mezclados con una pulpa formada por los restos de las flores.
Los aquenios no son comestibles y tienen un color verdoso o violeta.

Las higueras silvestres machos tienen síconos, o higos, andróginos que no son comestibles.

La forma cultivada se diferencia de la silvestre por ser mayor, puede considerarse un árbol, tiene hojas menos ásperas y menos lobuladas y sus inflorescencias están formadas, en su mayoría, por flores femeninas. La formación de los frutos proviene generalmente de flores sin fecundar (partenocarpia), es decir, no necesitan ser fecundadas para formar los higos y que éstos maduren, ya que se han seleccionado las variedades partenocárpias.

La higuera cultivada se caracteriza por tener un tronco corto y grueso provisto de una corteza lisa y de color grisáceo. Sus ramas son lisas, largas y fuertes; están marcadas con las cicatrices de las hojas caídas y en estado silvestre crecen desde poca altura.

Las hojas son alternas, grandes, rara vez enteras, por lo común palmeado-lobuladas, con entre tres y siete lóbulos obtusos separados por senos estrechos, espesas, coriáceas y provistas de pelos cortos, muy ásperos.

Miden entre diez y veinte centímetros y son de color verde oscuro por el haz y verde más claro por el envés. Los nervios aparecen muy marcados. Su pecíolo es largo mide entre cuatro y seis centímetros y tiene un color blanquecino o amarillento. Sus flores, unisexuales y muy pequeñas, pediceladas y blanquecinas, se encuentran encerradas, las de ambos sexos, en el interior de un receptáculo carnoso conocido con el nombre de higo.

La flores masculinas son escasas y se encuentran en la parte superior del receptáculo, mientras que las femeninas, muy abundantes, están en el resto. La flor masculina posee tres tépalos y tres estambres, y la femenina tiene un ovario ovoide terminado en dos largos estigmas.

La higuera se reproduce fácilmente por semilla y brota bien de cepa. También por estaca y acodo si es cultivada.

El nombre genérico proviene del término latino, "ficus", con el que se denominaba a este árbol y el específico, "Carica", proviene de "Caria", que es una región de Caria Menor, de donde se cree que procede la higuera.

Se trata de una especie de crecimiento rápido, pero no muy longeva, que puede alcanzar un altura de ocho a diez metros, y un perímetro de tronco que varía entre uno y tres metros. Se estima que puede vivir hasta 50-60 años.

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FLORACIÓN

Su floración tiene lugar en primavera y sus frutos, los higos, maduran a finales del verano. Cuando los inviernos son suaves, algunas higueras producen también otra generación de frutos, son las brevas, que se forman por partenogénesis de las inflorescencias apicales que han quedado sin polinizar, permaneciendo sobre el árbol durante el invierno y madurando a principios del verano.

Indiferente en cuanto a la naturaleza mineralógica del suelo, este árbol se presenta en laderas, orillas de ríos y arroyos, barrancos, peñascales especialmente calizos y cercanías de pueblos.

Las higueras crecen bien sobre suelos sueltos, frescos y profundos, que se encuentran entre el nivel del mar y los 1.200 metros de altitud, pero también vive en zonas pedregosas donde se procuran el alimento hundiendo sus fuertes raíces. Resiste muy bien las altas temperaturas y las sequías. Vive mejor cuando se halla en climas cálidos pero su sistema radicular necesita humedad. Sin embargo es muy sensible a las heladas y a -10 ºC la planta muere.

Es un árbol que se asilvestra con facilidad y a menudo es dispersado por las aves que comen sus frutos, los higos, por lo que resulta habitual verla crecer donde éstas se posan, como es el caso de muros y cornisas.

Originaria probablemente de Asia Menor, es una especie propia de la región mediterránea que se ha cultivado en tiempos antiguos en Grecia y en Egipto. Las variedades cultivadas fueron llevadas a América y a Extremo Oriente.

En Euskadi esta especie es muy abundante y se encuentra en todo su territorio, ya que se cultiva con frecuencia en huertos para obtener sus frutos.

El conocimiento y el cultivo de la higuera alcanza la más remota antigüedad.

 

 

CURIOSIDADES

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Ya está citada en el libro del Génesis y se la cita también en las obras literarias de los escritores griegos y romanos.

La leyenda relata que Rómulo y Remo eran alimentados por la loba a la sombra de una higuera, y parece que Catón el Censor, determinó al Senado Romano a acometer la tercera guerra púnica arrojando entre los senadores bellísimos higos recolectados en Cartago.