Las llamadas “reservas probadas” mundiales de petróleo ascendían a finales de 2010 a 1.383,2 millones de barriles según estimaciones de Petroleum Economist. Es decir, unas reservas superiores en 278,3 millones de barriles a las supuestamente existentes a finales de 2000. Dicho de otra forma, después de diez años de producción y consumo continuados, las reservas de petróleo parecen haber aumentado un 26%.
Las reservas probadas son las cantidades de petróleo que, por análisis de datos de geología e ingeniería, pueden ser estimadas con “razonable certeza” que serán recuperables comercialmente, a partir de una fecha dada, de reservorios conocidos y bajo las actuales condiciones económicas, métodos de operación y regulaciones.
En términos estrictos, las reservas mundiales de toda energía fósil que se consume tienden siempre a disminuir. Ahora bien, ello no quita para que sigan descubriendo nuevas bolsas antes desconocidas, mejoren las tecnologías de extracción que permiten acceder a ubicaciones previamente inaccesibles y que el aumento del precio del crudo en el mercado posibilite inversiones más costosas que de otra forma no serían rentables.
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