Andrés de Sendagorta: “hay que agradecer a mi padre su enorme contribución a su tierra”

“Hay que agradecer a mi padre su enorme contribución a su tierra” comentó Andrés de Sendagorta McDonnell, vicepresidente de SENER, durante la conferencia que dedicó a su progenitor,  José Manuel de Sendagorta Aramburu, ayer en el Museo Marítimo Ría de Bilbao.

José Manuel de Sendagorta Aramburu, ingeniero Aeronáutico, fue un hombre que, con esfuerzo, ingenio y gran talento, desarrolló una ingeniería industrial, que le llevó a afrontar nuevos retos navales y aeronáuticos, creando algunos de los trabajos ingenieriles más complejos de su época, como fue el sistema FORAN, para definir las formas de los cascos de los buques, o el propio superpuerto de Bilbao.

En este sentido Andrés de Sendagorta McDonnell, actual accionista y vicepresidente de la empresa de ingeniería y construcción SENER, recordó como su padre ideó el proyecto del puerto bilbaíno: “en el año 1968 el Gobierno lanzó un concurso para construir en Bilbao una refinería, participada al 40% por una petrolífera internacional y al 60% por entidades estatales (los bancos y las cajas de ahorro vizcaínas y de Bilbao), que a continuación encomendaron a Sener preparar la oferta. A la hora de diseñar el proyecto Manuel de Sendagorta vio la necesidad de que Bilbao tuviera un puerto capaz de permitir el atraque de los grandes petroleros. Gracias a sus observaciones de la carta náutica desarrolla, junto a su hermano Enrique y tres colaboradores más, el anteproyecto del dique. El estudio económico dio luz verde a la rentabilidad del proyecto. Ese mismo año se constituye Petronor (nombre adoptado por la asociación vizcaína), con Enrique de Sendagorta como presidente, y el 14 de septiembre de 1969 el Gobierno adjudica a Petronor y a la petrolífera Gulf Oil la ejecución de la refinería. Al mismo tiempo obligaba a Petronor a la construcción del espigón si este fuera viable. Tras varios problemas y dificultades, finalmente el Ministerio aprueba el espigón de Punta Lucero, en Muskiz, en el mes de julio de 1970”. 

Tras repasar su vida, trayectoria y logros profesionales Andrés de Sendagorta definió a su progenitor como un hombre “ingenioso, humilde, generoso, agradecido. Hay que agradecer a mi padre su enorme contribución a su tierra”.

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