Begoña Romo, una vida dedicada a Petronor

Begoña Romo.
Hoy, tras 41 años en Petronor, Begoña Romo, responsable de Relaciones Externas de Refinería, se despide de sus compañeros y de la empresa a la que le ha dedicado toda una vida de trabajo e ilusión.

-¿Cómo empezó tu andadura en Petronor?

Empecé con 20 años a trabajar en Petronor, hace ya 41 años, como secretaria de dirección. Acababa de regresar de Inglaterra, después de pasar un año allí, y me surgió este trabajo y otro en la fábrica de Echevarria, pero me incliné por Petronor. Me daba la sensación de que tenía más futuro y acerté. Petronor era una empresa nueva, a mi entender con gran porvenir y fue acertada la decisión. La gente que estábamos éramos todos jóvenes, entusiastas, con ganas de trabajar y de disfrutar. Entré a trabajar en la oficina de Bilbao, en Alameda Rekalde. Allí estuvimos unos años hasta que se decidió venir a Muñatones.

Posteriormente se consideró que la sede social, ubicada en la actual Plaza del Museo, debía estar ocupada, por lo que la Dirección y ciertos departamentos se trasladaron a estas oficinas. Fue en esa época cuando empecé a tomar contacto con este cometido, junto con Mikel Ortiz de Arratia, como jefe de relaciones públicas y posteriormente con Luis Lecube.

Después de estar durante unos años en las oficinas de Bilbao, en el año 1996 nos trasladamos definitivamente a Muñatones, al considerar que la instalación industrial y la sede social debían de estar en el mismo lugar.

-¿Cómo recuerdas esos primeros años en la empresa?

Lo recuerdo de forma muy agradable, había mucho entusiasmo por trabajar, te percatas de la diferencia que existe entre la teoría de lo aprendido y la práctica, no dejábamos de aprender, nunca dejas de aprender, la vida es un aprendizaje constante. Además, siempre he tenido colaboradores, personas que siempre me han ayudado.

-¿Cómo ha evolucionado la empresa desde entonces?

Ha ido evolucionando sobre todo en nuevas tecnologías y de la misma forma he tenido que evolucionar yo también. Siempre he pensado que el ordenador no era ni mi lenguaje ni mi herramienta y con ello he estado trabajando los últimos años; ahora no podríamos prescindir de él.

También, en estos momentos, la comunicación de la dirección con los trabajadores y sindicatos es más fluida, lo que facilita un mayor acercamiento entre las partes.

-¿Cómo ha cambiado la comunicación con el entorno? ¿Se comunica e informa a los municipios y entidades del entorno ahora más que antes?

De la misma manera ha cambiado la comunicación con el entorno. Se ha creado la página web, que además de informar a los propios empleados, sirve de medio de comunicación para los municipios, haciéndoles partícipes de nuestros proyectos, actividades, visitas, iniciativas….

También se ha puesto en marcha el Panel Público Asesor en Muskiz y Abanto-Zierbena, dando respuesta a la demanda de información que solicitan las entidades y asociaciones que lo componen.

-¿Cómo han sido y cómo han evolucionado las relaciones con el entorno?

Siempre ha habido altibajos. Las asociaciones han necesitado de Petronor y dependiendo del momento se han vivido épocas más amigables que otras. Cuando Petronor acomete nuevos proyectos las relaciones se enturbian y hay que hacer esfuerzos para conseguir esa confianza y buena relación que tiene que existir entre vecinos.

-¿Qué destacarías de estos 41 años de relación y colaboración con el tejido asociativo del entorno?

En este momento estamos en un momento dulce, bien es cierto que Petronor tiene que hacer, y debe de hacer, verdaderos esfuerzos para minimizar cualquier impacto medioambiental o molestia hacia el vecindario. Todos somos conscientes de que somos una empresa que desarrolla una actividad industrial y eso conlleva inconvenientes y ventajas a nivel de riqueza, actividad y desarrollo.

Con respecto a la relación con el tejido asociativo del entorno, te puedo decir que llega un punto que la relación no es únicamente profesional, logras una confianza y un trato que traspasa el mero trabajo, y te haces partícipe de las preocupaciones generales de todos ellos. He tenido la gran suerte de desarrollar este trabajo y agradezco a los clubs y asociaciones que me hayan facilitado la labor. Hemos trabajado para que sea una relación de confianza, por eso cuando les hemos tenido que decir que no a alguna de sus iniciativas lo han entendido. Les intentamos ayudar en la medida de lo posible, te haces eco de sus necesidades, que no siempre se pueden satisfacer, pero ven que las estudias, analizas y te interesas por ellas.

-¿Cómo has recibido todos los homenajes y muestras de cariño que te han ofrecido dichas asociaciones?

Estoy impactada, no esperaba esa respuesta ni en el mejor de los casos, estoy emocionada. No merezco tanto reconocimiento, es mi trabajo, y yo lo he hecho porque consideraba que debía de hacerlo así. Que lo valoren de esa forma me llena de satisfacción y orgullo. Además, es una responsabilidad social de la compañía valorar y atender las iniciativas del entorno.

-Hoy es tu último día en Petronor… ¿Cuáles son tus sensaciones?

La primera sensación es de felicidad, es una etapa cubierta, tenía ganas porque son 41 años trabajando, pero deja un regusto amargo. Intentaré que no se pierda totalmente pero intuyes que vas a perder relación con gente de dentro y fuera de la empresa, compañeros con los que he trabajado codo con codo. Espero no perder toda esta buena relación, porque somos como una familia.

-¿Tras jubilarte, cuáles son tus planes?

Aprovechar el tiempo en actividades varias, estar tranquila, sin agobiarme, sin obligaciones, distribuyendo yo los tiempos, aprovechar para viajar, leer, hacer deporte, estar más con la familia… hacer en definitiva lo que he tenido pendiente mientras estaba trabajando.