El resultado neto ajustado, que mide el desempeño de los negocios de la compañía, alcanzó los 2.042 millones de euros, lo que demuestra su solidez incluso en un contexto de bajos precios del crudo y el gas, y menores márgenes industriales.
El flujo de caja operativo mantuvo un ritmo positivo durante el año y se situó en 5.837 millones de euros, un 8% más que en el ejercicio anterior, resultado de una estrategia en la que la compañía superó con éxito un entorno adverso.
La sólida generación de caja permite a Repsol avanzar en su compromiso activo contra el cambio climático y, al mismo tiempo, mantener la política retributiva, una de las más atractivas del Ibex y de su sector, que para 2020 incluye proponer a la Junta General de Accionistas una mejora adicional a través de la amortización de un 5% del capital social de la compañía.
El resultado del área de Downstream fue de 1.456 millones de euros, en un año en el que mantuvo el foco en la innovación, la internacionalización y la reducción de emisiones, con hitos como la incorporación de cuatro nuevos proyectos renovables o haber superado el millón de clientes de electricidad y gas.
El área de Upstream obtuvo un resultado de 1.050 millones de euros y una producción de 709.000 barriles equivalentes de petróleo diarios, alineada con la visión estratégica de priorizar la creación de valor.