Además, Imaz ha asegurado que “todas las formas de descarbonización son válidas y complementarias, e incentivarlas para que todas contribuyan, sin exclusiones, acelerará la transición energética y nos ayudará, como sociedad, a alcanzar una recuperación económica rápida, tan necesaria en las actuales circunstancias de pandemia por coronavirus”.
El consejero delegado de Repsol ha destacado en rueda de prensa la importancia de la planta de biocombustibles avanzados que se construirá en la refinería de Cartagena: “con esta iniciativa, en Repsol impulsamos decididamente una nueva ruta tecnológica que será clave en nuestro camino hacia la neutralidad en carbono y que se suma a los proyectos que ya hemos desplegado en eficiencia energética, generación de electricidad baja en emisiones, hidrógeno renovable, economía circular, combustibles sintéticos y captura, uso y almacenamiento de CO2, entre otras”.
Esta planta, pionera en el Estado, de biocombustibles avanzados de bajas emisiones tendrá capacidad para producir 250.000 toneladas al año de hidrobiodiésel, biojet, bionafta y biopropano; y se prevé esté operativa en el año 2023.
Producirá, a partir de materias primas recicladas, biocombustibles avanzados que podrán usarse en aviones, camiones o coches, y permitirán reducir 900.000 toneladas de CO2 al año. Esta instalación supondrá una inversión de 188 millones de euros y estará dotada de tecnología de vanguardia y las soluciones más eficientes.
Repsol, en línea con su compromiso de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050, refuerza con esta inversión su papel como actor relevante en la transición energética y como suministrador clave de ecocombustibles para el transporte, apoyándose en la economía circular.