-El Corredor Vasco del Hidrógeno supondrá la inversión de 1300 millones de euros hasta el año 2026, y generará más de 1.340 puestos de trabajo directos y 6.700 indirectos.
-Supondrá la producción anual de 20.000 toneladas de hidrógeno y la reducción de más de 1,5 millones toneladas al año de CO2.
-Destacan la inversión de 650 millones en la producción de hidrógeno verde, 250 millones para el desarrollo tecnológico e industrial en toda la cadena de valor y digitalización y 50 millones a la investigación de aplicaciones del hidrógeno en movilidad, sector residencial e industria.
El hidrógeno será el protagonista en la transición de Euskadi hacia la neutralidad climática. El Proyecto del Corredor Vasco del Hidrógeno, BH2C, es una iniciativa que contribuirá al cambio el modelo energético y económico para avanzar en la descarbonización de sectores estratégicos como energía, movilidad, industria y servicios. Se trata de una apuesta por la industria, que nace en el País Vasco de la mano de Petronor- Repsol, al que se incorporan también organizaciones de otros territorios, y que supondrá una reactivación económica, a través del desarrollo de la cadena tecno- industrial de la economía del hidrógeno.
El proyecto tendrá una inversión de más de 1.300 millones de euros hasta 2026, y supondrá la generación de más de 1.340 puestos de trabajo directos y 6.700 indirectos.
El Corredor Vasco del Hidrógeno tiene su origen en la decisión estratégica de Repsol de invertir en Euskadi en proyectos que supongan seguir avanzando en la transición energética y conseguir, así, su objetivo de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050. Además, Petronor ha apostado por convertir a Euskadi en un Hub del hidrógeno, haciendo virar definitivamente hacia una economía productiva verde.
Así, hoy se ha formalizado el consorcio del Corredor Vasco del Hidrógeno que cuenta con la participación de 78 organizaciones: 8 instituciones, 12 centros de conocimiento y asociaciones empresariales y 58 empresas. Este proyecto se fundamenta en una estrategia integral, que incluye 34 proyectos de toda la cadena de valor y pretende ser una palanca para transformar el tejido productivo y conseguir mantener el peso de la industria en nuestra economía. Entre ellos destacan proyectos que tienen que ver con el “corazón” de la economía del hidrógeno, como la instalación de una fábrica de electrolizadores, el desarrollo de la pila combustible, el desarrollo de la hidrogenera (surtidor de hidrógeno) y con las aplicaciones de movilidad desarrollo del autobús y el tren de hidrógeno. Los proyectos que componen la iniciativa se agrupan en:
- Producción de hidrógeno renovable y combustibles sintéticos.
- Movilidad- Logística de distribución.
- Descarbonización de la Industria.
- Usos urbanos y residenciales
- Desarrollo tecnológico industrial
Sobre el Corredor Vasco del Hidrógeno
El Corredor Vasco del Hidrógeno hoy formalizado se desarrollará en dos fases, la primera de ellas ya está en marcha y culminará en 2026. La inversión prevista de 1.300 millones de euros se traducirá en la producción de 20.000 toneladas de hidrógeno renovable al año y evitarán la emisión de 1,5 millones de toneladas anuales de CO2.
La inversión durante estos primeros años se destinará al desarrollo a la producción de hidrógeno renovable, infraestructuras y aplicaciones necesarias para el despliegue del Corredor Vasco del Hidrógeno.
Por un lado, destaca la inversión de 650 millones de euros en producción de hidrógeno renovable con una capacidad instalada de 112 Mw, para lo que se construirán tres instalaciones. La primera de ellas de Petronor, que estará en funcionamiento en el año 2022, tendrá 2 Mw de capacidad y servirá para alimentar el Parque Tecnológico de Abanto. La segunda instalación de Petronor, EVE y Enagas, que estará en funcionamiento en el año 2024 y ubicada en el Puerto de Bilbao, tendrá 10 Mw, y su producción estará destinada a la planta de combustibles sintéticos. La tercera que será para 2025, tendrá 100 Mw y servirá para descarbonizar el proceso productivo de Petronor así como abastecer las necesidades del propio Corredor.
Además, se instalará una planta de fabricación de biogás que, a partir de residuos sólidos urbanos, producirá hidrogeno.
Asimismo, 250 millones de euros serán necesarios para alcanzar la madurez necesaria en el desarrollo tecnológico e industrial a lo largo de la cadena de valor y el desarrollo de los procesos de digitalización industriales imprescindibles para el éxito del macroproyecto.
Además, se destinarán 50 millones de euros a proyectos de investigación relacionados con las aplicaciones del hidrógeno en movilidad: transporte de pasajeros, mercancías de largo recorrido (tren, aviación, naval); residencial: generación de calor y cogeneración para cubrir las necesidades de edificios comerciales o residenciales; e industria de difícil descarbonización.
Esta primera etapa servirá, en definitiva, para sentar las bases de una economía del hidrógeno y obtener los mecanismos tecnológico-industriales que posibiliten su desarrollo; esto permitirá alcanzar el objetivo de descarbonización del sector energético al tiempo que genera creación de valor en el sector industrial.
Euskadi: Hub del Hidrógeno
El tejido industrial vasco, caracterizado por la presencia de importantes compañías cuya huella de carbono puede ser significativamente reducida con la introducción del hidrógeno, es, por tanto, uno de los factores que hacen de Euskadi un lugar privilegiado para el desarrollo de una economía del hidrógeno. De hecho, el territorio cumple todos los requisitos para convertirse en un referente internacional en hidrógeno.
Euskadi cuenta con todos los elementos necesarios para desarrollar un ecosistema entorno al hidrógeno. Por una parte tiene el Puerto de Bilbao con experiencia en LNG, y por otra parte, la refinería de Petronor que será generador y consumidor de hidrógeno. Además cuenta con la necesaria malla de gasoductos para el transporte del hidrógeno y se encuentra en una ubicación inmejorable en una ruta de transporte de mercancías de largo recorrido.
En un territorio como Euskadi, donde el peso de la industria alcanza el 25% del PIB, la creación de un ecosistema del hidrógeno representa una oportunidad estratégica que permite basar el crecimiento económico en una industria descarbonizada, algo especialmente relevante en un contexto como el actual, marcado por la caída de actividad que ha provocado la pandemia.