La posibilidad de retirar el dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera abre un amplio abanico de oportunidades en la Compañía, ya que se puede usar como materia prima para fabricar diversos productos, como combustibles sintéticos. Según indica la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el CO2 es “un bien muy valioso” y utilizado.
Reducir el exceso de CO₂ en la atmósfera es fundamental para evitar el calentamiento global, por ello, la posibilidad de capturarlo, almacenarlo o darle algún uso como materia prima es clave para reducir emisiones a gran escala, gracias a las tecnologías de captura, almacenamiento y uso del carbono (CCUS).
Las nuevas tecnologías CCUS ya permiten separar el CO₂ y darle nuevos usos a este gas. Como ejemplo cabe destacar la producción de combustibles sintéticos o efuels utilizando hidrógeno renovable y CO₂ retirado de la atmósfera o de un proceso industrial, que son cero emisiones netas y se pueden usar en los motores actuales de los coches. A este respecto, el pasado viernes, Petronor-Repsol inició las obras de construcción de una de las mayores plantas del mundo de este tipo de combustibles, en el puerto de Bilbao.
Por otra parte, los áridos son una de materia prima clave en la construcción, donde se utilizan para fabricar hormigones, morteros o firmes de carretera. Hoy se obtienen en las canteras, pero a corto plazo será posible producirlos a través de un proceso industrial sostenible, como el que Petronor-Repsol utilizará en su futura planta de valorización de residuos. Consiste en una planta en la que se emplea CO2 procedente de la refinería para transformar cenizas derivadas de la incineración de basura urbana en productos comerciales. En este caso el producto generado son ecoaridos, destinados a ser la materia prima en la construcción. Esta planta se construirá en las inmediaciones de Petronor y que se pondrá en marcha a mediados de 2024.
Según Ainhoa Martín Morante, técnico de Innovación en Petronor, se van a poder trasformar 22.000 toneladas al año de cenizas en 56.000 toneladas/año de ecoaridos, evitando que su destino fuera el vertedero, además de conseguir evitar la emisión de 2.200 toneladas de CO2.
Con una inversión de 8.9 M€, este proyecto ha sido avalado por la UE, y se ha concedido una ayuda de 3.2 M€ bajo el programa Innovation Fund, basada en financiar la implantación de tecnologías innovadoras bajas en carbono.