El primero de ellos es el vuelo inaugural entre Madrid y Washington. El vuelo ha sido operado con un Airbus A330-200, con capacidad para 288 pasajeros, uno de los aviones más eficientes de la aerolínea. El segundo será el vuelo IB6193 de Madrid a San Francisco y el tercero será el inaugural de Iberia desde Madrid a Dallas, ambos operados también con la flota Airbus A330-200.
Con estos tres vuelos Repsol e Iberia reducen 125 toneladas las emisiones de CO2 a la atmósfera, gracias a la mejora de la eficiencia en el consumo de la flota empleada, junto con el uso del biocombustible sostenible.
Para Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, “un sector como el aeronáutico necesita de soluciones como los biocombustibles para un proceso de descarbonización como el que nos encontramos. El compromiso de Repsol e Iberia nos sitúan a la vanguardia en este aspecto. Además, consolida nuestra posición como empresa multienergética con el objetivo de lograr cero emisiones netas en el año 2050, siendo la primera empresa del sector en adoptar esta ambiciosa meta”.
Por su parte, el presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, comentaba que “la aviación tiene ante sí un reto muy desafiante que solo puede alcanzarse dando pasos como el de hoy, que promuevan la producción de los combustibles de origen sostenible en cantidad suficiente y con precios competitivos, para que eso nos permita avanzar en la transición ecológica del sector aéreo”.
Esta iniciativa surge del convenio de colaboración firmado el pasado mes de julio entre Iberia y Repsol hacia una movilidad más sostenible. A lo largo de este año ambas compañías han colaborado en el proyecto AVIATOR, para analizar el impacto de las emisiones de aviación en la calidad del aire de los aeropuertos; han operado el primer vuelo Madrid – Bilbao con combustible sostenible a partir de residuos, e Iberia se ha integrado en el consorcio SHYNE (Spanish Hydrogen Network), liderado por Repsol, para acelerar el desarrollo del hidrógeno verde en España.
En los dos próximos años, Repsol e Iberia colaborarán también en la operación de vuelos con un porcentaje de biocombustible que puede llegar hasta el 50% producido en la planta de Cartagena, en la utilización, también en vuelos, de fuel sintético producido en la planta de Petronor y, para los vehículos de servicios aeroportuarios, el uso de HVO (aceite vegetal hidrotratado).