El resultado neto ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios, aumentó un 12%, hasta los 1.132 millones de euros, mientras que el EBITDA ascendió a 3.811 millones de euros, tras un alza del 23%.
La compañía incrementó su producción de hidrocarburos un 6% durante los seis primeros meses del año, hasta alcanzar los 724 mil barriles equivalentes de petróleo diarios de media.
Los resultados del área de Upstream (Exploración y Producción) aumentaron un 91%, impulsados por mayores volúmenes de producción y las medidas de eficiencia implantadas en los últimos años, junto con el aumento de las cotizaciones internacionales.
El negocio de Downstream (Refino, Química, Marketing, Lubricantes, Trading, GLP, Gas & Power) confirmó su fortaleza, con un resultado de 762 millones de euros, apoyado en mejoras significativas de las áreas de Marketing, Trading y Gas & Power y GLP.
La deuda neta se redujo un 64% respecto al 30 de junio de 2017 y se situó en 2.706 millones de euros al finalizar el semestre, período en el que la acción de Repsol se revalorizó un 14%, por encima del Ibex 35 (18 puntos porcentuales) y a la cabeza del sector en Europa.