Las platijas del Barbadún

Uno de los moradores más comunes del estuario del Barbadún es la platija (Platichys flesus), un pez plano bentónico de hábitos sedentarios, que puebla los fondos arenoso-limosos del estuario, principalmente durante la época estival.




La platija suele permanecer enterrada hasta lo ojos y sólo abandona esta posición cuando acude en busca de alimento, al anochecer, o bien para huir en caso de peligro, dejando una estela de arena, que delata la dirección que ha tomado. Una vez alejada del peligro vuelve a enterrarse y permanecer inmóvil, completamente mimetizada con el hábitat en el que vive, por lo que resulta prácticamente imposible detectarla.

Aunque son peces marinos, se aproximan a los estuarios y remontan los ríos durante varios kilómetros, permaneciendo generalmente bajo el influjo de las mareas, en aguas más o menos salobres.

Su área de distribución comprende todas las costas y estuarios europeos, desde el Báltico hasta la Península Ibérica. También se extiende por el mar Negro y Mediterráneo colonizando los ríos que en ellos desembocan.

La platija se alimenta principalmente de gusanos, moluscos, pececillos y crustáceos, tales como quisquillas y cangrejos.

Apareamiento primaveral

Su reproducción tiene lugar en primavera. Entonces machos y hembras acuden al mar y allí realizan la puesta de huevos y su fecundación. Como el resto de los peces planos, confían la reproducción al azar. Cada sexo emite sus gametos y los abandona a la deriva para que la suerte y una cierta coordinación de estímulos los reúnan.

Cada hembra expulsa una gran cantidad de huevos de un milímetro de diámetro que ascienden a la superficie donde flotan gracias a que poseen una gota de grasa y forman parte del plancton hasta que eclosionan. Se calcula que una hembra adulta puede poner hasta un millón de huevos.

Las larvas, también pelágicas y casi simétricas cuando nacen, -al cabo de unos 10 días-, miden entre 2,5 y 3 milímetros de largo y se nutren durante un tiempo de microorganismos planctónicos. Durante este estadio nadan con el dorso hacia la superficie y el vientre en dirección hacia el fondo, como cualquier pez de simetría bilateral. A medida que crecen se opera el milagro; uno de los ojos se desplaza lentamente hacia el otro lado de la cabeza al encuentro de su compañero.

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En realidad, la cabeza entera sufre un giro durante le período poslarvario que conlleva profundas modificaciones somáticas, en particular respecto a los huesos del cráneo, pero también en cuento a la implantación y desarrollo de las aletas. Al mes y medio de edad, cuando todavía miden entre uno y tres milímetros, ya han alcanzado la disposición corporal adulta y comienzan a nadar sobre un flanco.

Enseguida abandonan la vida pelágica errante y se dirigen hacia el fondo, donde se convierten en criaturas sedentarias durante el resto de sus días.

Todos los peces planos sufren una metamorfosis semejante a la de la platija. Cuando los dos ojos quedan finalmente instalados en el lado derecho de su cuerpo se habla de peces planos dextrógiros, y cuando ocurre lo contrario, de peces planos levógiros. La platija constituye una excepción, ya que puede trasladar el ojo viajero a cualquiera de los dos lados, aunque se aprecia una proporción de dos tercios de platijas dextrógiras por sólo un tercio de platijas levógiras.

Se ha comprobado que los machos maduran sexualmente antes que las hembras. Lo hacen cuando alcanzan los tres años y una longitud que oscila entre los 20 y los 35 centímetros. Las hembras maduran un año más tarde, a los cuatro.

Caracteres morfológicos

Capaz de alcanzar los 50 centímetros de longitud, -aunque el tamaño habitual oscila por los 35 centímetros-, la platija posee un cuerpo rugoso y ovalado que se hace romboidal cuando despliega sus aletas dorsal y anal, debido a que sus radios centrales tienen un tamaño mayor y están más cercanos a la cola que a la cabeza.

Todo su cuerpo aparece recubierto de pequeñas escamas lisas y a lo largo de su línea lateral aparecen numerosas verrugas espinosas, así como en la base de las aletas dorsal y anal.

CURIOSIDADES

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El colorido de la cara de los ojos es verdoso o pardusco y ocasionalmente aparecen motas claras y oscuras. La cara ciega, es decir, la que reposa sobre el fondo, es blanca.