Durante su intervención, Imaz ha abogado por una transición energética justa, “que esa sea competitiva, eficiente y basada en nuestras capacidades tecnológicas e industriales. Necesitamos tecnología, tiene que ser el auténtico motor, y hay que hacer una transición pensando en los consumidores y en la industria”.
Además, el CEO de Repsol, ha lanzado siete ideas a tener en cuenta en la transición energética. Por una parte ha afirmado que “hay que garantizar seguridad de suministro en tanto en cuanto vayamos a necesitar las fuentes de energía para acometer esta transición”, además ha asegurado que “descarbonización no es electrificación. La electrificación es una parte, pero una gran parte de sectores no son electrificables. Necesitamos neutralidad tecnológica”, y ha hecho hincapié en “buscar la ruta más eficiente para disminuir los costes de la transición”.
Otra de las ideas que ha lanzado Imaz ha sido la de descarbonizar los líquidos, “vamos a seguir necesitando petróleo las próximas décadas, y necesitamos operaciones de refino que no emitan CO2. Por eso estamos cambiando el concepto de refinerías, que empiezan a ser hubs tecnológicos”. También ha puntualizado la importancia de no medir las emisiones directas, sino “la huella de carbono global, todo el ciclo de vida”.
Imaz ha animado a incrementar el esfuerzo por la economía circular, y apostar “por la circularidad y los objetivos de reciclado mecánico”. Además, ha remarcado que todo ello hay que hacerlo con ambición de sostenibilidad, “sosteniendo nuestro modelo económico y social sin hipotecar el futuro de las siguientes generaciones y que se aborde bajo el parámetro de transición justa. Neutralidad tecnológica y justicia social”.
Sobre los derechos de CO2 en Europa, lo ha calificado como “un movimiento de especulación financiera”, donde los consumidores europeos están pagando el recibo eléctrico sobredimensionado y la industria está parando las operaciones porque no puede competir por los precios eléctricos, por unos derechos de CO2 que tienen unos precios que están movidos por el motor de la especulación financiera. En este sentido, Imaz ha instado a las instituciones europeas a “poner más derechos de CO2 en el mercado para hacer bajar este precio del CO2, sin renunciar en absoluto a la ambición climática y de una forma medida en el tiempo”.