Eslizón tridáctilo, silencioso morador

Se trata de un saurio que está a medio camino entre las lagartijas, provistas de cuatro patas, y el lución, carente de ellas; ya que si bien el eslizón posee cuatro extremidades, éstas pueden considerarse como un vestigio, pues son sumamente pequeñas en relación con su tamaño y su aspecto serpentiforme (éstas sólo miden unos milímetros de longitud). Además apenas las emplea en sus desplazamientos, pues avanza ondulando su cuerpo, como los luciones. Cualquier rugosidad del suelo le sirve como punto de apoyo para ondularse. Así, mediante sucesivos apoyos se va desplazando de forma oscilante con gran rapidez.

El pequeño tamaño de sus extremidades se debe a las transformaciones adaptativas que esta especie ha experimentado para poder habitar con éxito en un medio tan intrincado como es la densa vegetación o el laberinto que forman las raíces de los árboles y arbustos por donde habita, lugares en los que las patas pueden convertirse en un verdadero estorbo.

Capaz de alcanzar los 42 centímetros de longitud de los que la mitad corresponden a la cola, este curioso reptil, completamente inofensivo, posee un cuerpo alargado de sección circular provisto de pequeñas escamas lisas y brillantes de color pardo claro o bien amarillo oliva en su dorso.

Según sus diversos caracteres anatómicos, existen varias subespecies. En Bizkaia habita la subespecie Chalcides chalcides striatus, caracterizada, por poseer entre nueve y trece líneas longitudinales oscuras sobre su dorso y flancos, mientras que sus partes inferiores son gises claras. Esta subespecie está presente en el sur de Francia y en toda la Península Ibérica. Además de ella, en Europa existen otras tres subespecies más: C.c.chalcides, que habita en Italia, Sicilia y Elba; C.c.concolor, que habita en los campos de Roma y C.c.vitatus, que se halla en Cerdeña.

Una vida sigilosa

El eslizón tridáctilo es una especie muy terrestre de actividad diurna que lleva una vida muy sigilosa, por lo que pasa desapercibido a los ojos humanos. Generalmente sale de sus madrigueras -oquedades que se abren entre las rocas- a primera hora de la mañana para calentarse al sol, y una vez completada su termoregulación, acude en busca de alimento principalmente basado en insectos, tales como orugas de mariposas, arañas, coleópteros, moscas y ortópteros. Para acercarse sigilosamente a sus víctimas emplea sus patitas, y lo hace muy despacio, pero cuando se desplaza sobre la vegetación su cuerpo se dobla de un lado a otro tan rápidamente que resulta muy difícil poderlo detectar.

Durante las horas más cálidas del día se muestran muy activos. No obstante si su temperatura corporal sube mucho se desliza bajo las hierbas para intentar mantener su tempetatura óptima corporal durante todo el día.

Si se le molesta desaparece con extraordinaria rapidez, con movimientos serpenteantes pegando las patas al cuerpo. Es tan sumamente ágil que se ha comprobado que es capaz de cazar insectos al vuelo.

Sus hábitats preferentes son los cultivos y barbechos, así como las laderas provistas de abundante hierba y vegetación baja y los prados soleados próximos a cursos de agua que se encuentran entre el nivel del mar y los 950 metros de altitud. A diferencia de otros eslizones europeos no frecuenta los lugares secos.

Durante su época de celo, que acontece en primavera, los machos se vuelven muy agresivos y se suceden a menudo combates por las hembras. Éstas, que son ovovivíparas paren entre 4 y 16 crías vivas a finales del verano. En el momento de su nacimiento apenas superan los 7 centímetros y en sus primeros meses de vida se nutren casi exclusivamente de pulgones.

Hacia el mes de octubre, con la llegada del frío, que soporta francamente mal, se oculta en sus refugios bajo la tierra o entre las raíces de los árboles y se aletarga hasta la primavera siguiente en que volverá a estar activo. Su elevada sensibilidad al frío le hace salir tarde de la hibernación y evitar siempre el viento.

CURIOSIDADES

Provisto de una cabeza pequeña y puntiaguda, -como la de una lagartija-, fácilmente confundible con el tronco, sus extremidades están compuestas por tres finísimos dedos que finalizan en afiladas uñas, de ahí su nombre vulgar: "eslizón tridácilo" (tres dedos), para diferenciarlo de las de más especies de eslizones como el ocelado o el ibérico, que no habitan en nuestros montes.