Repsol logró en 2020 un resultado neto ajustado de 600 M€ e impulsó su transformación para acelerar la transición energética

“En 2020 hemos afrontado un escenario sin precedentes y puesto las bases del futuro de la compañía. Hemos demostrado de nuevo la solidez de nuestro proyecto, desempeñado un papel de servicio público esencial y ratificado una vez más que somos una empresa útil para la sociedad”,  ha afirmado Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, durante la presentación de los resultados de la Compañía.

Repsol obtuvo en el ejercicio 2020 un resultado neto ajustado de 600 millones de euros. Esta variable mide específicamente el desempeño de los negocios de la compañía, que tuvieron un resultado positivo en un complicado entorno marcado por la crisis sanitaria global. Este buen comportamiento se reflejó también en un flujo de caja de las operaciones positivo para todos los negocios, y que para el conjunto del grupo alcanzó los 3.197 millones de euros.

El ejercicio estuvo marcado por la crisis global sin precedentes provocada por el covid-19, ante la que Repsol priorizó su labor como servicio esencial, manteniendo en funcionamiento sus instalaciones y garantizando el suministro de sus productos y servicios, indispensables para la sociedad.

“La industria ha demostrado que forma parte de la columna vertebral de la economía española y es uno de sus principales motores. Como tal, su papel en la recuperación de la crisis es fundamental, como también lo es para contribuir a un mundo más descarbonizado, usando todas las tecnologías disponibles”,  ha subrayado Imaz.

La compañía presentó el 26 de noviembre su nuevo Plan Estratégico 2021-2025, que marcará su transformación en los próximos años y le permitirá acelerar en la transición energética de manera rentable y maximizando el valor para sus accionistas. Gracias a este Plan, Repsol avanzará en su objetivo de ser cero emisiones netas en 2050.

Con estas premisas, durante el ejercicio Repsol puso en marcha iniciativas para avanzar hacia esta meta, entre las que destacan dos innovadores proyectos industriales de descarbonización que desarrollará en la refinería de Petronor, la primera planta de biocombustibles avanzados del Estado, en Cartagena, el desarrollo y puesta en marcha de activos renovables en la península, y la expansión internacional de este negocio, con la creación de una joint venture en Chile.

Con respecto a los dos proyectos de Petronor, el primero de ellos es una de las mayores plantas del mundo de producción de combustibles sintéticos cero emisiones netas a partir de hidrógeno renovable y el segundo, una planta de generación de gas a partir de residuos urbanos.

El hidrógeno renovable es un claro vector de crecimiento para Repsol, que pretende liderar su producción en la península ibérica con el equivalente a 400 MW en 2025, y la ambición de superar 1,2 GW en 2030. A finales de enero de 2021, Repsol presentó el proyecto H24All para desarrollar la primera planta de electrolizadores alcalinos de 100 MW de Europa, que se conectará a la refinería de Petronor. Repsol lidera el consorcio, integrado por un total de quince entidades, que presentó una solicitud de financiación dentro de la convocatoria del European Green Deal.

El descenso de la cotización de las materias primas de referencia internacional influyó negativamente en la valoración de los inventarios de Repsol, en -978 millones de euros para el conjunto de 2020. Además, ante el entorno mundial y en un ejercicio de prudencia financiera, la compañía revisó sus hipótesis de precios futuros del crudo y del gas, lo que supuso un ajuste a la baja del valor de activos de Exploración y Producción, con unos resultados específicos de -2.911 millones. Con todo ello, el resultado neto de 2020 fue de -3.289 millones de euros.

Para hacer frente al entorno provocado por la pandemia mundial, el 25 de marzo Repsol puso en marcha un Plan de Resiliencia que estableció una hoja de ruta específica para reforzar la generación de caja y fortalecer el balance. La aplicación de estas medidas fue decisiva para generar un flujo de caja libre positivo de 1.979 millones de euros para el año, y logró reducir su deuda neta un 28% durante el ejercicio, en 1.178 millones de euros, hasta situarla en 3.042 millones.