La jornada conmemorativa sobre el legado del pintor Pablo Uranga reúne a 40 personas en el Palacio Salazar

Los lienzos de Uranga que, a modo de tapiz, decoraron la residencia de la familia de la Sota, se pudieron contemplar en el propio patio del Palacio Salazar de Petronor.
El Palacio Salazar, ubicado dentro de las instalaciones de Petronor, abrió el domingo sus puertas a 40 visitantes que tomaron parte en la jornada conmemorativa sobre el legado del pintor Pablo Uranga, que se organizó con motivo de las Jornadas Europeas de Patrimonio.

La jornada comenzó en el Palacio de los Salazar, donde disfrutaron de la conferencia de la especialista en arte Ana Prestamero, que presentó la figura del artista Pablo Uranga. Una charla amena y fluida en la que dio a conocer los principales rasgos estilísticos del pintor, la relevancia de sus amistades -con Durrio y Zuloaga, entre otros- y los encargos que recibió de pintura de corte histórico entre los que se encuentra el boceto basado en “Las Bienandanzas e Fortunas” que se ha reproducido en una lona y colocado en las murallas del Castillo de Muñatones.

Además, al preparar la conferencia, Ana Prestamero consiguió dar con el paradero de unos lienzos originales de esta misma obra del pintor, de la que hasta ahora sólo se conocía el boceto propiedad de su nieta Elena Uranga. Estos lienzos, a modo de tapiz, decoraron la residencia de la familia de la Sota, por encargo del industrial Ramón de la Sota, en 1917, y el domingo, tras la presentación, se pudieron contemplar en el propio patio del Palacio Salazar de Petronor, por gentileza de la casa de subastas Arte Subastas Bilbao, que permitió trasladarlos desde Erandio hasta Muskiz.

Después de ver los lienzos y contemplar la escena que representó en ellos Uranga -un desafío entre caballeros de la nobleza banderiza junto a la torre de Muntxaraz, en Abadiño, hacia 1465- se explicó a los asistentes las características arquitectónicas del propio Palacio, para después dirigirse al Castillo de Muñatones. Allí, se situó genealógicamente a Juan Sánchez de Salazar y, delante de la nueva lona, se leyó a los asistentes el pasaje de “Las Bienandanzas e Fortunas” en el que Lope García de Salazar relata el modo en el que su abuelo fue herido mortalmente en Castro Urdiales, en el año 1399, durante un enfrentamiento entre Marroquines y Amoroses.

Para finalizar la jornada, se contó con una edición impresa de las Bienandanzas de 1884, realizada por el restaurador de la Biblioteca Nacional, Maximiliano Camaron, y que fue prestada para la ocasión por su propietaria, la muskiztarra Amagoia García Ule.

Además, de Gualber Atxurra, técnico de Relaciones Institucionales der Petronor, la nieta del pintor, Elena Uranga, y el biznieto del industrial que encargó los lienzos, Ramón de la Sota, asistieron a la jornada.