El pájaro más pequeño de la cuenca del Barbadún
El chochín, también conocido con el nombre de Txepetxa Troglodytes troglodytes es una diminuta ave, muy común los bosques colindantes a la refinería de Petronor, que ha sabido adaptarse a los más diversos hábitats.Entre los zarzales de nuestros bosques, el chochín, una de las aves más diminutas de cuantas viven en Europa, busca incesantemente pequeños insectos. Este minúsculo pajarillo, único representante europeo de una familia compuesta por más de 60 especies, es un ave muy extendida que ha sabido adaptarse muy bien a todo tipo de hábitats, por lo que lo mimo ocupa matorrales que sotobosques.
En opinión de los ornitólogos, tras la última glaciación este pájaro de fino pico curvado, que apenas alcanza 9 centímetros de longitud y 11 gramos de peso, partió de la cuenca mediterránea y fue colonizando el continente europeo. Hoy en día vive en Rusia, en Grecia y en España. También anida en Asia Meridional, en el noroeste de África y en toda Norteamérica.En Euskadi, el chochín se ha establecido en bosques poblados de árboles y matas cercanos a cursos de agua. También frecuenta los parques de las ciudades y las proximidades de las viviendas de los pueblos. Algunos ejemplares viven en zonas montañosas que superan los 2.000 metros.
UN PÁJARO COMUNICATIVO
Normalmente, esta especie se mueve entre arbustos y zarzales. Rara vez se posa en los árboles y cuando tiene que descender al suelo se mueve a saltitos, desplazándose a gran velocidad. Si alguna vez se detiene, lo hace siempre en las ramas más elevadas y entonces mantiene la cola erguida. Por lo general vuela a poca altura del suelo y casi siempre en línea recta, ya que con sus pequeñas alas no puede intentar muchas piruetas.
Este ave emite un armonioso y sonoro canto compuesto de diversos tonos agudos, que se van transformando e un agradable trino a medida que el tono se hace más grave. Las notas son tan fuertes y rotundas que no parecen emitidas por un ser tan minúsculo. Machos y hembras son prácticamente iguales. También los jóvenes, aunque éstos en sus primeras semanas de vida tienen la comisura de la boca amarillenta. El chochín presenta una línea blanca por encima del ojo, el plumaje dorsal rojizo y alas y cola finamente listadas de negro.
No todos los ejemplares emigran, a pesar de que el invierno es su peor enemigo. Distintos estudios ornitológicos han demostrado que cerca de un 80% de los chochines que viven en Europa y no emigran mueren en la época invernal.
Para guarecerse de las bajas temperaturas estos pájaros acuden durante la noche a dormir a los nidos que han construido en primavera o a lugares resguardados.
Cuando llega la primavera, el macho, que a diferencia de las especies tropicales es polígamo, ocupa un territorio. Entre cantos comienza a construir varios nidos para diversas hembras movido por un extraño frenesí, aunque no llega a concluir ninguno.
Cuando la hembra entra en sus dominios el macho muestra una gran agitación, entra y sale de uno de los nidos sin dejar de mover la cola. Su canto cambia entonces de tono, debilitándose a medida que aumenta su excitación. Si la hembra responde de forma favorable a su cortejo nupcial, tiene lugar el apareamiento. Es la dama la que se encarga a partir de entonces de terminar el nido, entretejiendo el material necesario para revestirlo interiormente.
CURIOSIDADES
La cómoda yacija puede estar situada tanto en el suelo como entre las ramas de un matorral o en las cavidades de algún árbol. El nido suele ser una gruesa esfera de musgo que cuenta con un orificio de entrada lateral. Algunos ofrecen el aspecto aparente de un montón de hojas, tapizadas en su interior con plumas. Habitualmente, el chochín incuba dos veces al año: la primera puesta se produce a finales de abril, y la segunda a mediados de junio. Los huevos son grandes y de color amarillento salpicado de puntos rojizos.
La hembra se encarga de incubarlos durante unos quince días, mientras el macho busca una nueva compañera, con la que establece otro nido no muy alejado del lugar donde se halla el primero. Los polluelos permanecen hasta 20 días en el nido. Ambos congéneres colaboran en su alimentación, si bien el macho debe repartir su tiempo entre las distintas hembras que ha fecundado.