Lagarto verde, Príncipe de las Landas

Perfectamente mimetizado entre el musgo que cubre las piedras y los troncos de los montes de Muskiz y Somorrostro vive uno de los reptiles más bellos de Euskadi.




El lagarto verde (Lacerta Viridis), cuyas poblaciones llegan hasta las cercanías de la Refinería de Petronor. Desde principios de mayo o incluso mediados de abril en años calurosos, se pueden ver a los primeros ejemplares que acaban de abandonar sus refugios invernales y se disponen a termoregularse sobre piedras y troncos expuestos al sol.

Vivaracho, inteligente e inofensivo, el bellísimo lagarto verde posee un extraordinario poder mimético que le hace ser muy confiado ante el hombre. Muchas veces permanece inmóvil hasta el extremo de huir sólo en el caso de verse acosado. No obstante, si se le captura se vuelve muy agresivo, aunque toda su resistencia se reduce a un mordisco poco doloroso. Salvo en la época de celo, en que los machos se vuelven muy territoriales, en general convive pacíficamente con los individuos más débiles y con los ejemplares jóvenes de su misma especie, siempre que no le invadan su territorio.

Insaciable cazador de insectos, a primera hora de la mañana sale de sus refugios y trepa por la vegetación para tomar el sol y cazar a sus presas. Insectos, moluscos, gusanos, lombrices de tierra, arañas e incluso frutas dulces componen su dieta habitual. Los ejemplares adultos, también pueden engullir diminutas musarañas y nidadas enteras de ratones y topillos. Su régimen insectívoro y su capacidad para destruir gran cantidad de insectos, moluscos y pequeños roedores, le convierten en un reptil muy beneficioso para el campo, que sin justificación ha sido sacrificado por niños y adultos por motivos supersticiosos.

Se ha llegado a comprobar que este saurio, de actividad diurna, es capaz de orientarse por el sol. Las mejores horas para encontrarle fuera de su guarida son la mañana y el atardecer. De costumbres sedentarias, estos animales habitan en los mismos lugares durante muchos años.

Distribuido por gran parte de Europa y Suroeste de Rusia (incluida Grecia y Sicilia), existen diversas subespecies. La que vive en Euskadi corresponde a la subespecie Lacerta Viridis Viridis.

Entre 9 y 16 huevos blancos

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En mayo o junio, los machos adquieren una bellísima coloración nupcial para seducir a las hembras y desafiar a los posibles congéneres rivales. Su garganta se colorea entonces de un azul intenso cobalto. Durante esta época se enfrentan entre sí.

Para ello hinchan la cola, arquean el dorso, alzan las patas anteriores e, inclinando la cabeza, resoplan y tratan de atacar a su adversario y de morderle la cola, que no pocas veces queda como palpitante trofeo entre los dientes del más fuerte o del más hábil de los rivales. También se pueden infringir graves heridas, pues, a diferencia de otros animales, estos combates no son simples simulacros.

Una vez formadas las parejas, se puede ver durante cierto tiempo al macho y a la hembra juntos tomando el sol, es la llamada "luna de miel". Si entonces algún otro macho osa entrar en su territorio, que comparte con su pareja, le atacará agresivamente y no le dejará hasta que huya.

La puesta tiene lugar a finales de primavera, unos 30 días después del apareamiento, y se compone de entre 6 y 19 huevos blancos del tamaño de un haba (1,5 - 2 cm), que la hembra entierra en un lugar protegido de posibles predadores. La eclosión se produce al cabo de dos o dos meses y medio, según el clima. Los pequeños, que miden entonces entre 7 y 8 centímetros de longitud total, -de los que 4,5 ó 5 centímetros corresponden a la cola-, no tardan en adquirir la misma agilidad de los individuos adultos, pero aún tendrán que transcurrir dos o tres años para que alcancen la madurez sexual.

Durante los primeros meses de su vida son de color marrón verdoso o grisáceo verdoso; su dorso suele estar recorrido por una o dos líneas blanquecinas y carecen de las manchas blancas propias de las crías de otros lagartos, como el verdinegro o el ocelado.

CURIOSIDADES

Lagarto-verde3El lagarto verde destaca por su singular belleza y colorido, así, como por su agilidad y robustez. Los machos, más llamativos que las hembras, presentan un color verde brillante con diminutas motas negras en su dorso y flancos, así como un color amarillo intenso en su vientre, mientras que su garganta, cuando están en celo, aparece coloreada de azul cobalto.

Las hembras, menos atractivas, son verdes o parduscas y a veces están provistas de dos a cuatro estrechas líneas claras y estrechas en el tronco.