Petirrojo, celoso guardián de su territorio

Una de las aves más comunes y queridas de nuestros montes es el petirrojo o Txatxangorri (Erithacus rubecula). De hábitos marcadamente territoriales, permanece todo el año junto a nosotros, siendo muy abundante en las campas colindantes al a Refinería de Petronor.




El vivo color anaranjado que viste su frente, mejillas y pecho, en contraste con el blanco grisáceo de su abdomen, es el rasgo más característico que le ha dado nombre en todas las lenguas vernáculas y dialectos europeos. El resto del plumaje es pardusco; sus grandes ojos y su aspecto rechoncho y cuellicorto, le configuran una silueta inconfundible. Los ejemplares jóvenes carecen de mancha anaranjada y están profusamente moteados de pardo oscuro y ocre.

El petirrojo es un ave originaria de los húmedos bosques caducifolios europeos. Sin embargo, tras una asombrosa adaptación a los cambios introducidos por el hombre, su hábitat se ha extendido considerablemente, no sólo ocupando los más variados tipos de bosque, sino también las zonas cultivadas, parques y jardines, ya que no teme al hombre. En Inglaterra, dada su abundancia, se le considera el pájaro nacional.

Ave territorial

Tanto las hembras como los machos son muy territoriales. Ya Zenodoto en el siglo III antes de Cristo, al escribir "unicum arbustum haud alit duos erithacus", que significa "un único arbusto no alberga a dos petirrojos", fijó este rasgo característico de su comportamiento.

Ciertamente ver a dos petirrojos juntos fuera de la época de celo, sólo puede ser motivo de una riña inminente. De hecho, cuando finaliza la cría, a finales de septiembre, la pareja se separa y los jóvenes se dispersan, empujados por la presión territorial que su mismos padres ejercen contra ellos. Cada cría intenta entonces conquistar un territorio de caza. De este modo, cuando a comienzos del otoño nuestros bosques se visten de un dorado follaje, son alegrados por sus melancólicos trinos con los que delimitan su hogar invernal.

Precisamente el pecho coloreado es empleado por éste pájaro como señal que aviso, junto a sus trinos, al desapercibido intruso de su especie, que ha penetrado en su territorio. Si éste persiste en quedarse, el petirrojo se acercará a él y adoptará posturas de amenaza consistentes en exhibir la mancha roja en toda su amplitud. Ante tal demostración, el entrometido, en inferioridad psicológica de condiciones, huye sin que, por lo general, se llegue al combate.

A finales de invierno tiene lugar la formación de las parejas. Entonces el macho espera en su territorio la llegada de la hembra. Esta, al principio, permanece en el límite de la propiedad del macho, posada en algún arbusto. Seguidamente comienza a emitir un tímido gorgojeo. El galán a su vez la contesta y realiza algunas posturas de intimidación, como si ésta fuera un intruso cualquiera. El proceso continúa durante varios minutos, alternándose cantos y amenazas por parte de ambos sexos, hasta que el macho abandona su agresividad hacia ella y ambos recorren juntos el territorio.
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Tras la elección de la pareja ocurre algo sorprendente. Ambos miembros se desentienden totalmente el uno del otro durante varios días, en los que únicamente comparten territorios sin que suceda ningún tipo más de relación. Sólo posteriormente, cuando la hembra se decide a construir el nido, comienzan las cópulas, que continúan hasta a puesta de huevos, que en nuestros bosques oscila entre 4 y 6 huevos.

Macho y hembra incuban los huevos durante 13 ó 14 días y se encargan de alimentar a los polluelos a base de insectos hasta que aprenden a volar y se independizan.

CURIOSIDADES

Petirrojo

LAS HEMBRAS

Un detalle poco frecuente en el mundo de las aves es que en este concierto territorial las hembras no quedan al margen, sino que participan intensamente. Esta curiosa actividad se ha atribuido a una secreción de hormonas masculinas en la hembra durante esta época.

Euskararen txantxangorria

EL TXANTXANGORRI DEL EUSKERA

La campaña “Dale alas al euskera” ha elegido el petirrojo como símbolo del euskera: “es un ave pequeña pero adorable. Es un pajarito cercano, de aquí, pero frágil entre los pájaros grandes. En cierta manera tiene su parecido con el euskera.”